domingo, 20 de marzo de 2011

CIRCO FLAMINIO


El Circo Flaminio se construyó en el año 221 aC. por Cayo Flaminio Nepote (constructor de la Via Flaminia, cónsul en varias ocasiones y censor), al sur del Campo de Marte.
Este circo tenía una gran importancia en la vida pública de la ciudad de Roma, a pesar de no ser tan grande como el circo Máximo. En él se celebraban los consejos de plebeyos y era el punto de partida de los cortejos triunfales. Los juegos de plebeyos ( a partir del 216 aC), insaturados también por Cayo Flaminio Nepote, se celebraban en este edificio, al igual que los juegos seculares.

Hacia el inicio del Imperio Romano, el Circo Flaminio perdió su papel de circo y se convirtió en una plaza, y después en un mercado. Con motivo de la consagración del Templo de Marte en el 2 aC, se llenó parcialmente de agua para que se desarrollase en él un espectáculo en el que 36 cocodrilos fueron masacrados.
Durante el siglo II, toda una serie de edificios, pórticos y templos  (Templo de Neptuno, Teatro de Marcelo,…) fueron edificados a su alrededor. El Circo era el elemento central del conjunto y determinará la orientación de toda esa zona (paralela al Tiber). Su reputación es tal que le da nombre a la IX Región de la división administrativa de Roma que hizo Augusto.
El Circo, caerá en la ruina durante el siglo IV y no queda casi nada de él actualmente

CIRCO DE MAJENCIO


Era un circo privado del emperador, donde disfrutaba de las carreras. En él, aún hoy puede apreciarse parte de la tribuna de honor (mayor que la del Circo Máximo). El Circo contaba de 520 metros de largo por 92 de ancho (casi tan grande como el Circo Máximo) y sus gradas, que ya no están, eran sostenidas por estructuras de madera aún visibles.

Tenía una capacidad para aproximadamente 18.000 espectadores. La pista central estaba divida en dos partes por la Spina y se encontraba en ese lugar, el Obelisco de Diocleciano, actualmente emplazado en Piazza Navona. 

Es conocido porque está justo al lado de la tumba de Rómulo. Es parecida al Panteón: un pórtico cuadrado y una rotonda. Era gigantesca y se erigía en una gran plaza cuadrada amurallada. Aún hoy podemos ver tres de sus muros. Un paseo porticado se alineaba junto a ella.

CIRCO MÁXIMO

El Circo Máximo (en latín Circus Maximus, la pista de carreras mayor) era una antigua pista de carreras, lugar de reunión para espectáculos populares situado en Roma.
Situado en el valle entre los montes Aventino y Palatino. La primera instalación fue obra del primer rey etrusco de Roma, Tarquinio Prisco (616-579 a.C) después del histórico rapto de las Sabinas el lugar fue utilizado primero para juegos públicos y entretenimientos por los reyes etruscos de Roma.

Algo después, el Circo fue el lugar destinado a los juegos y fiestas públicas tomados de los griegos en el siglo II a. C. La demanda de entretenimientos populares a gran escala por parte de la ciudadanía romana llevó a Julio César a ampliar el Circo sobre el 50 a. C., tras lo cual la pista medía aproximadamente 600 metros de largo, 225 metros de ancho y podía albergar a unos 150.000 espectadores sentados (muchos más, quizá un número parecido, podían ver los juegos de pie, agolpados en filas sobre las colinas adyacentes). En el 81 dC, el Senado construyó un arco triple en honor de Tito junto al extremo este. El emperador Domiciano conectó su nuevo palacio del Palatino al Circo para poder ver más fácilmente las carreras. Más tarde Trajano añadió otros 5.000 asientos y amplió el palco del emperador para incrementar su visibilidad pública durante los juegos. 

El acontecimiento más importante celebrado en el Circo era la carrera de carros. En la pista cabían hasta 12 carros y los dos lados de la misma se separaban con una mediana elevada llamada la spina. Las estatuas de varios dioses se colocaban en la spina y César Augusto también erigió el obelisco egipcio de Ramsés II en ella en el 10 aC ( que hoy en dia se encuentra en la Plaza del Popolo). En el 357, Costanzo II añadio un segundo obelisco de Thutmosis III (hoy en la plaza de San Giovanni Laterano). En cada extremo de la spina estaba colocado un poste de giro, la meta, en torno al cual los carros hacían peligrosos giros a gran velocidad. Un extremo de la pista se alargaba más que el otro, para permitir que los carros se alinearan al comienzo de la carrera. Allí había verjas de salida o carceres, que escalonaban los carros para que todos ellos recorrieran la misma distancia en la primera vuelta.

Se conserva muy poco del Circo, con la excepción de la pista de carreras, hoy cubierta de hierba, y la spina. Algunas de las verjas de salida se conservan, pero la mayoría de los asientos han desaparecido, sin duda por haber sido empleada la piedra para construir otros edificios en la Roma medieval. Las excavaciones del Circo comenzaron el siglo XIX, seguidas de una restauración parcial, pero siguen pendientes algunas excavaciones verdaderamente exhaustivas de su suelo.


sábado, 19 de marzo de 2011

DANTE


Dante  Alighieri (Florencia, 1265Rávena, 1321) es un poeta italiano. Fue hijo del primer matrimonio del prestamista o comerciante Bellincione d'Alighiero con Gabriella o Bella (probablemente perteneciente a la familia Abati). Tenía una hermana mayor y, tras la temprana muerte de su madre (h. 1270) y las segundas nupcias de su progenitor con Lapa di Chiarissimo Cialuffi, gozó también de la compañía de dos hermanastros Francesco y Gaetana.
Nació en Florencia bajo el signo de Géminis, entre el 15 de mayo y el 15 de junio de 1265; él mismo remonta su linaje hasta su tatarabuelo Cacciaguida, ennoblecido por Conrado III y muerto en la segunda cruzada a Tierra Santa en 1147. Pero se tiene por más seguro que perteneciera a una familia de la nobleza urbana, con pocas propiedades, dedicada desde antiguo al comercio. De hecho, tanto su padre como su abuelo Bellincione tenían fama de usureros.


A finales del siglo XIII, concretamente el mismo año del nacimiento de Dante, Florencia perdió su talante de ciudad liberal, sometida hasta entonces a la égida de los gibelinos (partidarios del poder imperial contra el papado), y comenzó un período de cruentas luchas con los güelfos, a su vez divididos en facciones que, si bien reconocían su sumisión al papado, entablaban entre sí guerras tan abiertas como aquellas que los enfrentaban con el enemigo común. Según algunos cronistas, el padre de Dante había sido gibelino. Otros adscriben la familia a los güelfos. Es seguro, sin embargo, que Dante perteneció al partido güelfo, y, dentro de éste, a la facción de los «blancos» moderados.
Sus años de infancia y juventud coincidieron con los más pacíficos que conoció Florencia en la época, sobre todo hasta la ascensión en 1295 de Bonifacio VIII al trono de San Pedro. A partir de entonces, Dante, que ya había participado, como soldado güelfo, en el sitio de Poggio di Santa Cecilia contra los aretinos (1285) y había sido jinete en la batalla de Campaldino (1289), también contra los gibelinos, se adhirió abiertamente a los ideales políticos de democracia e independencia comunal de los güelfos.
Vida política
Entre 1295 y 1302 su vida política fue activísima, si bien únicamente se la conoce por fuentes literarias (sus propias alusiones en la Divina Comedia) o por documentos o testimonios no directos: tras inscribirse en el gremio de médicos y especiales, de 1295 a 1296 fue miembro del Consejo del Capitán del Pueblo, representante de la autoridad popular en paralelo con la autoridad suprema del podestà; de mayo a septiembre de 1296, tras cesar en el cargo anterior, perteneció al Consejo de los Ciento (parlamento de los ciudadanos) y votó las leyes contra los magnates.


Con el advenimiento de Bonifacio VIII como pontífice, la lucha entre las distintas facciones güelfas se agudizó; los «negros», encabezados por los Donati, una familia de magnates, consiguieron el apoyo incondicional del papa e, inmediatamente, lo que había sido un enfrentamiento interno de Florencia se tornó en conflicto entre la ciudad y el papado. Los güelfos «blancos», liderados por los banqueros y comerciantes Cerchi, fueron derrotados en 1301, en una secuencia de dramáticas repercusiones para Dante: en junio dio testimonio de su oposición a que fueran enviados cien hombres que ayudasen a Bonifacio VIII en su guerra en Maremma; en octubre fue nombrado embajador ante el pontífice y al llegar a Roma fue retenido por éste en la ciudad. En noviembre, cuando Dante todavía se encontraba (probablemente) en Roma, Corso Donati, jefe de los «negros», entró en Florencia y llevó a cabo una terrible represalia contra los «blancos». Fueron desterrados seiscientos de entre ellos y el poeta acusado de baratería, fue condenado a un exilio de dos años y a no intervenir de por vida en los asuntos públicos florentinos.

Beatriz y La vida nueva
En 1274, a los nueve años, Dante había encontrado por primera vez a Beatriz, probablemente hija de Folco Portinari. A los dieciocho tuvo lugar el segundo encuentro; ambos están consignados en La vida nueva una obra de juventud de originalísima forma, consistente en una colección de treinta y un poemas engarzados por una prosa entre conceptual y autobiográfica. Su argumento recorre los dieciocho años a partir del primer encuentro con Beatriz; los treinta y un poemas constituyen la cumbre del dulce stil nouvo (denominación acuñada por el mismo Dante en un verso del Purgatorio), practicado previamente por los poetas Guido Guinizelli y Guido Cavalcanti bajo la influencia directa de la poesía provenzal de los trovadores.
Según costumbre de la época, con once años de edad el joven poeta vio concertado su matrimonio con Gemma Donati, con quien se casó, probablemente entre 1285 y 1293, y de la que tuvo al menos cuatro hijos: Giovanni, Pietro, Jacopo y Antonia. Esta última le sobrevivió y tras la muerte de su insigne padre ingresó en un convento con el nombre de Beatriz. Pero muy poco se sabe de la vida familiar y conyugal de Dante; él se ocupó en cambio de consignar para la posteridad los datos fundamentales de su verdadera vida espiritual y amorosa ligada a Beatriz.
No menos importante que los encuentros con Beatriz fueron los lazos intelectuales con el humanista Brunetto Latini, retornado desde el exilio a Florencia en 1266, y el gran Guido Cavalcanti. Del primero de ellos, Dante aprendió tanto los secretos de la retórica latina como los placeres de la escritura en lengua romance; fue Latini quien le proporcionó los modelos para obras de juventud como ll fiore (1295-1300), en las que Dante adaptó al verso italiano el Roman de la Rose. La poesía en lengua romance contaba con sólo cincuenta años de vida en Italia cuando Guinizelli y Cavalcanti, bajo el influjo un poco más lejano del pionero Guittone d'Arezzo, fundaron la escuela de los fedeli d'amore ('fieles del amor'), inventaron la figura de la «mujer angélica» (en la que se aunaban la belleza física y la pureza celestial) y plasmaron la gran poesía lírica italiana que culminaría en Dante y Petrarca. De allí surgió la imagen de Beatriz, que asumiría en la Divina Comedia dimensiones teológicas y filosóficas impensadas.
Se cree que Beatriz Portinari murió tras un parto en 1290; así pues, tanto el casamiento de Dante como la publicación de La vida nueva son posteriores al hecho. El poeta lo consignaba en esta obra, anunciando a la vez la transformación poética posterior: cuando murió Beatriz, Dante se consoló con una visión en la que la amada aparecía como parte de la corte celestial, y el poeta se propuso volver a hablar de Beatriz sólo para decir aquello que nunca fue escrito de una mujer. Quince años más tarde, en la Divina Comedia, se revelaría el alcance poético de esta promesa.
Entre 1302 y 1307 Dante empezó dos obras de madurez: Il convivio (El convite) y De vulgari eloquentia (Sobre la lengua vulgar). El primero contiene algunos de los temas fundamentales que desarrollaría luego, acerca de los cuatro significados de las Escrituras, los dos tipos de alegorías y la necesidad de la existencia del imperio. El segundo es un manifiesto escrito en latín acerca de la legitimidad del uso de la lengua vernácula, en el que defiende la utilización del romance para todos los estilos, incluido el elevado o trágico.

Se sabe muy poco de sus actividades políticas y domésticas durante este lustro: en 1303 estuvo en Forli como consejero de Scarpetta Ordelafi, comandante de los «blancos» mientras que al año siguiente, luego de la derrota de sus partidarios en la batalla de Lastra (20 de julio), decidió separarse de su antigua facción; en 1305 posiblemente viviera en Bolonia, un entorno privilegiado desde el punto de vista intelectual, donde continuó la escritura de las dos obras antes mencionadas y de donde fue expulsado el 6 de octubre de 1306, para refugiarse primero en Lunigiana, bajo la protección de los Malaspina, luego en 1307, con el conde de Batifolle en Casentino y, finalmente, en 1308, en Lucca. Se supone que meses antes Dante había empezado a escribir el Infierno, primera parte de la Divina Comedia.
Durante los primeros años de su exilio Dante meditó largamente sobre la cuestión de las relaciones entre el poder temporal y el religioso; los primeros resultados de estas meditaciones son las dos conocidas cartas (de 1308 y 1310), una de ellas dirigida a «todos los reyes de Italia, a todos los señores de la Urbe Santa, a los duques, condes, marqueses y pueblos», y la otra a «los malvados florentinos que residen en la ciudad»; en esta segunda carta abogaba por el acatamiento al poder imperial. Pero el logro final de estas reflexiones fue el tratado De la monarquía (1318), en donde se afirmaba que el poder espiritual y el temporal emanaba directamente de Dios, por lo que el imperio y el papado eran potestades autónomas.
Si se acepta como fecha de terminación de De la monarquía la de 1318, se comprueba que su gestación fue acompañada del progresivo endurecimiento de las condiciones del exilio de su autor. En 1302, tras la sentencia del exilio, otra le condenó a ser quemado vivo en caso de retorno a Florencia; en 1311 no se le aplicó una amnistía general otorgada a los güelfos «blancos»; finalmente, en 1315, se le condenó a muerte por decapitación en rebeldía, cuando rechazó el ofrecimiento de un perdón bajo condiciones que consideraba deshonrosas.
Resignado a no volver a Florencia, en 1318 abandonó Verona y se reunió con sus hijos en Rávena; allí produjo dos Églogas en latín, y un tratado sobre la Cuestión del agua y la tierra. Los años finales de su vida fueron extraordinariamente fecundos: en la dedicatoria del Paraíso en la famosa carta a Cangrande della Scala (1316), Dante fijó grandiosamente los alcances de su incomparable Comedia: «El sentido de esta obra no es único, sino que puede llamársela polisémica, es decir, de muchos sentidos; en efecto, el primer sentido es el que proviene de la letra, el otro es el que se obtiene del significado a través de la letra».
Dividida en tres libros o cantos (Infierno, escrito hacia 1312, Purgatorio, hacia 1315; Paraíso, entre 1316 y 1321), la Comedia está compuesta por 14.233 versos endecasílabos en terza rima, divididos a su vez en 100 cantos, uno de los cuales es el prólogo, por lo que cada una de las tres partes o libros contiene 33 cantos. Narra el viaje del poeta a los reinos de ultratumba, acompañado del poeta latino Virgilio. A los treinta y cinco años, Dante se encuentra perdido en la selva oscura; de allí lo rescata Virgilio, enviado por la Virgen María, santa Lucía y Beatriz. Ambos descienden al Infierno y recorren sus nueve círculos; luego ascienden la montaña del Purgatorio y allí, en la entrada del Paraíso, Virgilio da paso a la bienaventurada Beatriz, quien lo conduce hasta el Empíreo, donde por un momento el poeta goza de la visión de la divinidad.
La Comedia debe su nombre, según el saber medieval, a su movimiento ascensional: el asunto es horrible en el primer libro, pero esperanzador en el segundo y feliz en el tercero; el adjetivo Divina con que ha llegado hasta nosotros le fue agregado por la posteridad. En efecto, por su inconmensurable valor poético, la ambición y alcance de su perspectiva filosófica, la belleza y precisión de sus imágenes y la perfección de su lengua, la Comedia ha sido considerada como el mayor poema de la cristiandad.
Al terminar la redacción del Paraíso, Dante tenía ya la certeza de que su destierro era definitivo: la imposición de la condena de muerte de 1315, tras su rechazo de la amnistía, se extendía por igual para su descendencia. En 1319, probablemente, el poeta se encontraba al servicio del señor de Rávena Guido da Polenta, quizá con funciones de secretario o preceptor de retórica. A principios de 1321, el dogo de Venecia amenazó con una expedición punitiva contra Rávena, a raíz de un conflicto por la explotación de unas salinas limítrofes entre las dos jurisdicciones, y Dante marchó a Venecia en calidad de embajador del señor Da Polenta con el fin de apaciguar a los regidores venecianos. El largo viaje, hecho en pleno verano, por tierra primero y luego por las lagunas de la costa del Adriático, le fue fatal. A su retorno a Rávena, enfermó gravemente de la malaria contraída durante el trayecto. Murió entre el 13 y el 14 de septiembre de 1321 y fue enterrado, en medio de solemnes homenajes, en la iglesia de San Francisco de Rávena.

Los primeros versos de la Divina Comedia son los siguientes:

« Nel mezzo del cammin di nostra vita
mi ritrovai per una selva oscura,
ché la diritta via era smarrita.

Ahi quanto a dir qual era è cosa dura,
esta selva selvaggia e aspra e forte,
che nel pensier rinova la paura! »

« En medio del camino de nuestra vida
me encontré por una selva oscura,
porque la recta vía era perdida.

¡Ay, qué decir lo que era es cosa dura
esta selva salvaje, áspera y fuerte,
cuyo recuerdo renueva la pavura! »



martes, 14 de diciembre de 2010

LA NECRÓPOLIS


Una necrópolis es un cementerio o lugar destinado a enterramientos. Etimológicamente significa ciudad de los muertos, pues proviene del idioma griego: necro, muerte, y polis, ciudad. El término se emplea normalmente para designar cementerios pertenecientes a grandes urbes, así como para las zonas de enterramiento que se han encontrado cerca de ciudades de antiguas civilizaciones.

La necrópolis de Puerta Ercolano: Es la mas conocida de las Necrópolis pompeyanas. Como es Norma en el mundo romano, los cementerios se situaban a la salida de las ciudades, en este caso, en la salida dirección Herculano.
En el siglo I era costumbre cremar a los difuntos emparedando la urna con sus cenizas en una tumba o bien en el suelo, señalizándolo con un mojón o una estatua.

LAVANDERIAS, PANADERIAS Y TABERNAS



Las panaderías:En Pompeya aparecieron 34 panaderías. Los hornos de leña son muy similares a los actuales de las pizzerías napolitanas,utilizaban la piedra lávica para amasar el pan, ya que no contaminaba el pan. El consumo de pan se extendió a partir del siglo II a.e.c.
Destaca la que pertenecía a N. Popidius Priscus. Esta carecía de mostrador. Tenía dos habitaciones al lado del horno, las cuales se utilizaban para el almacenamiento del pan recién horneado y como granero. También destaca la de Sotericus por ser una de las más grandes de Pompeya. Además se encuentran panaderías en las que encima tienen la casa.

Las tabernas: En Pompeya había 89, establecimientos donde se servían comidas calientes y bebidas, ya que el almuerzo, prandium, tenia lugar fuera de la casa. Se servia a través de un mostrador que daba a la calle, realizado de obra y a menudo decorado. En el mostrador estaban empotradas las dolia o cubas donde se hallaba la mercancía, a veces tenían asientos.


Las lavanderías: Eran unos establecimientos donde se lavaba la ropa con orina , ya que es un ácido y deja la ropa blanca. Este trabajo estaba hecho por los esclavos.

PINTURAS. LA VILLA DE LOS MISTERIOS


"Colores antiguos y detalles nunca vistos" se han desvelado gracias a los trabajos de limpieza y restauración de las obras, que han permitido a los especialistas profundizar en su conocimiento de las corrientes artísticas, los géneros y las técnicas de la pintura romana, según el comunicado.
La colección contiene algunas de las obras más importantes de los distintos estilos de la pintura romana antigua exceptuado el Primer Estilo (150-80 a.C.), cuyas pinturas no fueron arrancadas porque no eran figurativas.
El Segundo Estilo, llamado también de pintura "arquitectónica", tiene su mejor exponente en la Villa de Boscoreale, donde príncipes, filósofos y personificaciones de dioses se perfilan sobre un fondo de "rojo pompeyano", el color típico de esta ciudad fabricado con cinabrio. La sala dedicada al Tercer Estilo comprende una serie de elementos decorativos y grandes cuadros en los cuales el paisaje predomina sobre la forma humana.
Finalmente, el Cuarto Estilo (60-80 d.C.), el más presente en la ciudad, cuenta con ejemplos tan destacados como la Casa de Meleagro, la Casa de Marte y Venus y la Casa de los Dioscuros, reconstruidas a partir de sus pinturas murales: Las bodas de Hera y Zeus, Aquiles en Esciro, Marte y Venus o Ariadna abandonada, entre otras.




La Villa de los Misterios es uno de los edificios suburbanos de Pompeya, situado a unos doscientos metros de la Puerta de Herculano, fuera de los límites de la ciudad. Se trata de una construcción que presenta una disposición armoniosa y singular de sus ambientes y una superlativa colección pictórica. Fue construida en la primera mitad del siglo II a. C. y fue muchas veces remodelada y ampliada. Se presenta como una construcción de cuatro lados circundada por una terraza panorámica.
Los usos finales de esta Casa constituyen el ejemplo de una vivienda de gran lujo unida a una explotación agrícola ganadera. Integrada al paisaje mediante grandes pórticos y galerías que dan a jardines colgantes, la Villa de los Misterios se muestra muy distinta de las casas encontradas en la ciudad.
Si bien casi todas sus paredes se encuentran decoradas con pinturas, destacan una serie de grandes frescos que se supone que representaban la iniciación de las esposas a los Misterios Dionisíacos.
Las imágenes son muy elocuentes: un niño leyendo el ritual bajo la supervisión de una matrona, una joven que lleva una bandeja con ofrendas, un grupo de señoras en una celebración sacramental, un sileno que toca una lira mientras una jovencita ofrece su seno a una cabra, otro viejo sileno ofrece bedidas a un pequeño sátiro mientras otro más joven le alcanza una máscara teatral, entre muchas otras. También se representan las bodas de Dionisio y Ariadna.